A partir de este post de hace unos meses de la amiga Dolores Reig, en su excelente blog El Caparazón, que trata acerca de la Generación Multitarea se me ocurre enumerar algunos planteos acerca de como entiendo debería ser en condiciones ideales una ponencia, clase o exposición, en esta época de cambios.
Me pareció interesante retomarlo en época de vuelta a la escuela, a las aulas y a la situación de clase frontal (la cual entiendo deberíamos utilizar sólo cuando el planteo didáctico y la situación lo requiera absolutamente).
Muchas veces, sin embargo, debemos presentar ideas, y es difícil reclamar la atención de quienes nos deben escuchar, en una reunión de trabajo, en una ponencia, en un post. Enfatizamos que lo que pensamos es tanto para jóvenes como para adultos. Ya hemos aclarado que la economía de la atención y la multitarea involucran a todos.
Nombro algunas de las sugerencias de Dolores, y me permito agregar otras.
Quería hablaros hoy de cómo captar la atención ante generaciones y hábitos culturales “multitarea“. Y no sólo nos referiremos a conferencias, webcasts, videoconferencias, charlas, sesiones de formación, etc… sino también a la escritura, la redacción de textos que aspiran a ser leídos hasta el final.Nos permitimos sugerir algunos puntos adicionales:
Veamos algunas claves:
1. Todo depende de un buen comienzo (la presentación, si breve, dos veces buena)
El cine, la industria audiovisual en general, los novelistas de éxito, son expertos en este tema. Un título provocador, un par de sentencias atípicas y el lector, el oyente, dejará de lado su blackberry, obviará los microtwitteos y nos dedicará 5 minutos de su preciosa atención.
Agrego: En una clase, el vínculo a una situación real, presente o futura, cercana a los oyentes, ayudará...
2. Recursos visuales
Procesamos a mayor velocidad, recordamos en mayor medida lo visual que lo puramente textual o auditivo. Esa es, en ocasiones, la base del éxito del aprendizaje en la red durante los últimos tiempos. Nos sobran ya herramientas multimedia para dinamizar nuestras presentaciones, para hacerlas más efectivas.
Agrego: Mucho más si podemos (en entorno de aula), que el grupo haya recopilado algunos de dichos recursos audiovisuales, en contexto. Reinterpreto para ello el planteo de Michael Wesch, que solicita a sus alumnos que busquen y resuman textos para su clase (ver blog Digital Etnography - How to get students to find and read 94 articles before the next class )
3. Adaptar el discurso a nuestros lectores/oyentes:
Escribir párrafos en inglés sin traducirlos, o hablar en clave o en el argot de determinados colectivos, puede dar la sensación de que somos muy cultos o muy entendidos en determinada materia, pero es una apuesta demasiado arriesgada si no conocemos a priori a nuestros oyentes.
Si queremos que llegue hasta el final, será la comprensión del mensaje lo que deberá guiarnos en todo momento.
Agrego: Este punto es para enfatizar. Terminar con el discurso tecnocrático que funciona como bloqueo a la comunicación, y que es utilizado con entusiasmo por los que pertenencen...
4. Variaciones vocales, variaciones expresivas:
¿Qué tal si intentamos dirigirnos, de vez en cuando, en un tono distinto, a quien nos lee? El teatro sabe mucho de eso, de la necesidad de variar la tonalidad en un escenario mucho menos variable que el cinematrográfico para mantener la atención…
Los recursos visuales de los que hablábamos en el punto anterior pueden servirnos para no aburrir a nuestro público. Una imagen, una pregunta, un paréntesis, un párrafo resaltado (el típico blockquote), un color distinto de letra, un leve golpe en la mesa, cambios de posición en el caso de presentaciones orales…son otras posibilidades.
5. El involucramiento emocional:
La capacidad de encontrar la significación para la audiencia de lo que pretendemos presentar, y de poder situarnos en la posición del oyente, para contar lo que representaría para nosotros. Agregar algún intangible (una situación personal, una anécdota reciente, una referencia) a cada clase, para que para el ponente y los oyentes sientan que es una situación única e irrepetible, no una función más de teatro.
Y transmitir una sensación de urgencia, el ponente debe irradiar el mensaje que el contenido expuesto es clave, que es necesario invertir tiempo y atención en él.
6. El uso de la tecnología:
Por un lado, para contar donde podrán reencontrarse con el contenido, cuando aparezca la necesidad de hacerlo, incluyendo el contacto personal con el ponente. Por el otro, dónde poder encontrar a la red de personas ya interesadas en el mismo, que contribuyen a construir significado y aplicación.
Además, la audiencia debe percibir que todos los recursos tecnológicos, en particular en Internet, han sido al menos considerados para la exposición (una entrada en un blog, la presentación en Slideshare, un grupo en Facebook, un tag en Delicious, etc.)
7. El afuera
Recordar que el mundo no termina dentro del aula. Es mandatorio contar lo que se produjo allí, para que la comunidad lo conozca. Si hubo un aporte o discusión interesante, registrarlo y agregarlo a la "ponencia", sumando al concepto de momento valioso y único.
Asimismo, dar espacio a los comentarios (si aparecen), de la audiencia externa, que pueden revalorizar el hecho mismo que el contenido expuesto le importa a otros, y no sólo a los que escribieron el plan de estudios.
8. El remate:
El uso de un cierre, en el momento de la clase, o bien a posteriori, con palabras claves, a manera de abstract, para no sólo intentar redondear los conceptos, sino tambien para ser encontrado fácilmente en una búsqueda por Google.
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Guillermo Lutzky
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