Desde hace algún tiempo, los filósofos, sociólogos e historiadores han comenzado a afirmar que en la actualidad hemos dejado la era Industrial y estamos inmersos en otro estadío llamado la Sociedad de la Información o la Sociedad del Conocimiento.
Uno de los puntos claves de este fenómeno se da a partir del desarrollo de nuevos usos de Internet y de los medios de comunicación. Entre ellos podemos citar los mensajes de texto, la mensajería instantánea, el crecimiento de la conectividad a Internet en la casa de los alumnos y docentes, en locutorios, vía dispositivos inalámbricos, como el teléfono celular. Este cambio de paradigma responde a la interacción de diferentes procesos de orden tecnológico, económico y cultural. Si bien, se ha venido gestando paulatinamente durante los últimos años, es ahora cuando se evidencia el impacto y las repercusiones que tendrá en nuestro modo de aprender y enseñar.
Al mismo tiempo, las escuelas empiezan a conocer a otro tipo de alumno: El "nativo digital". Cada vez más, los estudiantes aportan diferentes habilidades cognitivas, emocionales y sobre todo imaginativas a las que tienen sus docentes. Esto es: viven, aprenden y se comunican de manera diferentes a lo que sucedía en el pasado reciente.
Los docentes deberán, a su vez, adaptarse; la atención de los alumnos es el objetivo clave a alcanzar, en un entorno con múltiples estímulos. Por ende, los estudiantes aprenderán mejor con materiales, actividades y propuestas con una post-producción cuidada y trabajada. Esto permitirá que los alumnos decodifiquen y establezcan relaciones informadas entre el conocimiento que la escuela les entrega y les pide que produzcan, y los mensajes que obtienen cotidianamente de los medios de comunicación.
Estas observaciones resultan especialmente merecedoras de un análisis detallado, para comprender en qué sentido está evolucionando nuestra sociedad. Por consiguiente, es nuestra obligación reflexionar acerca de la escuela del futuro, acerca del encuadre en el cual, dentro de 10 años, los alumnos aprenderán y se socializarán.
Como afirma David Warlick
"El aula tradicional funcionó alrededor de anclas. Los escritorios anclaron a estudiantes, y el frente de la sala de clase ancló al maestro. Los libros de textos anclaron el contenido, y las paredes anclaron los testimonios de qué fue aprendido y de qué debía ser aprendido. Las calificaciones anclaron la atención de nuestros niños y el enseñar las mismas cosas todos loa años de la misma manera ancló nuestra definición de que debía ser un maestro."
El concepto de campus virtual transmite la idea de campus, es decir un espacio donde múltiples y diversas acciones educativas de diversa índole transcurren, se complementan y se potencian simultáneamente. La virtualidad trae aparejada la idea de ubicuidad, es decir que sus servicios estén disponibles en el lugar y en el horario en el que el usuario lo requiera. (ver Tercer entorno, Javier Echeverría)
El campus virtual debe ser una herramienta que ofrezca, además de la tradicional gestión de contenidos de las plataformas de "educación a distancia", un encuadre de comunicación y producción, que le permita a cualquier usuario no sólo buscar información, sino generar conocimiento, conversar con sus pares y docentes, tener información de lo que ocurre en la institución, suscribirse a actividades y eventos especiales, obtener información de otras fuentes externas a la institución, y almacenar y acceder a sus producciones.
Citando a Tíscar Lara
"La Educación, así con mayúsculas, es la encargada de preparar al ciudadano para caminar en la incertidumbre y en las micronarrativas de los nuevos entornos sociales. Necesitamos de procesos de aprendizaje para preparar buenos kits de supervivencia con los que desarrollar capacidad análitica y creativa para la participación social. Una brújula para el peregrinaje vivencial en ese long-life learning que nos atenaza irremediablemente. Una Educación más centrada en estrategias que en contenidos. Porque su sistema operativo ya no reside sólo en la escuela como hardware y en profesor-alumnos como software. Una educación 2.0 que genera, comparte y experimenta en red y en la Red."
En el frente institucional de la escuela, no debemos olvidar que (como dice John Seely Brown)
"...las redes ocurren dentro de “algo”, están inmersas en una ecología. Mientras que una ecología tiene similitudes con una red de aprendizaje, también tiene características particulares: las redes son en gran medida procesos estructurados, los nodos y conexiones dan forma a esta estructura. En cambio, una ecología es un organismo viviente, que influye en la formación misma de la red. Por ejemplo, en nuestros trabajos todos tenemos nuestra red de colegas, que forma parte de nuestra red de aprendizaje. El funcionamiento de esta red depende de la sustentabilidad de la ecología en donde esté inmersa. Si la ecología está “sana” la red podrá crecer, mientras que si está “enferma” la red no se desarrollará de manera óptima. La tarea de los educadores, en este sentido, es crear y promover una ecología del aprendizaje que permita a los estudiantes aumentar sus conocimientos de forma rápida y efectiva. Si reconocemos que el aprendizaje es un proceso desordenado, caótico e informal, tenemos que pensar cómo diseñamos la enseñanza y en qué tipo de ecología estará inmersa."
El desafío de las instituciones educativas es complementar y mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, utilizando un entorno virtual, personalizado para cada estudiante, docente, directivo, padre o graduado, es decir para todos y cada uno de los actores de la comunidad educativa. El campus virtual deberá involucrar servicios y espacios de información, producción y comunicación para todos ellos, para que puedan contribuir y además ser protagonistas activos de los procesos de formación de la escuela. Estos espacios deberán ser personalizados y personalizables, creando un entorno de aprendizaje personal (PLE, Personal Learning Environment, concepto planteada por la Unión Europea en este documento), el cual aparece como central para el aprendizaje en el futuro.
Por otro lado, el campus deberá poder integrar las producciones y las personas. Como dice David de Ugarte debe atender a una nueva lógica que se fundamenta en agregar los blogs, enlaces en delicious, twitters, fotos y películas de las personas o redes que quiere agregar. Agregar otros usuarios y al hacerlo agrega las actualizaciones de estos en cada uno de los servicios en que el usuario agregado se haya dado de alta.
No es tanto una cuestión técnica como educativa e institucional, aunque las tecnologías cambiantes son motores clave en la transformación educativa.
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Guillermo Lutzky
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