A partir de las dos semanas de clases suspendidas, alguna gente ha comenzado a revisar lo que pasó en estos días (más allá de la lógica de "...lo sacamos adelante..." o "...zafamos...", dos posibles conclusiones de los líderes institucionales).
Evidentemente, para los que han intentado seguir aprendiendo y enseñando más allá de la eliminación temporaria del aula como encuadre, algunas conclusiones han surgido, pero muchas más preguntas aparecen. Es pertinente una cita que apareció en este blog hace un tiempo:
"El problema es el aula. Cuando hay aulas y un maestro al frente, aprender haciendo es casi imposible. Cambiar esto significa prescindir de las aulas, así como de la idea de un profesor de pie delante de 30 niños, que sabe qué es verdad y te lo va a contar. Este cambio resulta inconcebible para los colegios. Aprender haciendo implica tener un objetivo que conseguir." (ver más en el post Asnos cargados de libros)A partir de esto, acerco un extracto de un reportaje que me hicieron por estos días. Pero luego transcribo (con algún agregado), un excelente cuadro de Dolors Reig, definiendo los "nuevos modelos de negocio en educación". Bien vale la pena analizarlo, más allá del término modelo de negocio, (Dolors lo está vinculado al famoso libro Free de bien Chris Anderson).
¿Qué conclusiones se pueden sacar del receso escolar?Aquí está el cuadro de Dolors Reig, con algunos agregados propios, en verde:
Me parece que debemos reconsiderar lo que significa alfabetizar, una de las misiones principales de la escuela. Es indispensable que la enseñanza y el aprendizaje tengan un componente digital. Claramente, poder leer, escribir y aprobar una prueba no es suficiente para garantizar una adecuada formación.
Nuestros estudiantes deben hoy ser artesanos de la información, capaces de aprender, trabajar, jugar, contribuir, y prosperar en un constantemente cambiante y enriquecedor entorno informacional, como lo han demostrado aquellos a los que les hemos pedido hacerlo en estos días.
¿Cómo se puede capitalizar lo aprendido?
Reflexionando, pensando sobre lo que alumnos y docentes produjeron estos días. Pero es mucho más importante analizar lo que se conversó, con quién se trabajó y cuales fueron las competencias que fueron apareciendo.
Y hay que tener la osadía de no perder estas experiencias, e intentar reproducirlas fuera de la emergencia, extendiendo el aula, transparentándola y haciendo más escuela, llegando con la escuela al tiempo libre del alumno.
¿Dónde radica la mayor dificultad a la hora de implementar el uso de las nuevas tecnologías por parte de los centros de estudios?
La resistencia al cambio de las instituciones ha sido bien documentada. Todos los avances tecnológicos fueron rechazados o modificados para mantener inmutable la lógica tradicional de la escuela. Hasta que no aparecen circunstancias impensadas como la que ocurrió con el receso, muy pocas instituciones deciden tomar riesgos y experimentar, redefiniendo las prácticas tradicionales.
Es la responsabilidad de los Ministerios impulsar a las instituciones a adaptarse a esta época de cambio constante: de cambio de los sujetos de la educación, de los medios, de la relevancia de los contenidos, y del contexto. Y es responsabilidad de los padres exigir y simultáneamente apoyar las nuevas propuestas que van surgiendo intentando ayudar a la Escuela y los alumnos a vivir en la Sociedad del Conocimiento.
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Guillermo Lutzky
3 comentarios:
Muy interesante la mirada sobre este tema. QUiero dejarte al respecto una nota que escrbí en mi blog sobre TIC, emergencia sanitaria, y brecha digital. Slds. Martiniano.
http://escuela3cero.blogspot.com/2009/07/brecha-digital-y-emergencia-sanitaria.html
Gracias, Martiniano... Está muy bueno tu blog.
Saludos cordiales
Me encantó el concepto de "gestión del caos", lo pienso como cambio del paradigma tradicional donde todo está ordenadito en su cajita bien etiquetada hacia un lugar en que todo es más bien caótico e igualmente fácil de encontrar a través de herramientas de búsqueda.
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