Will Richardson, un referente a quien siempre mencionamos, realiza una catarsis como padre de estudiantes de una escuela tradicional, y nos aporta una enumeración de perfiles necesarios para nuestros jóvenes para prepararlos para el futuro.
Antes de pasar a una traducción libre del post original, me permito recomendar el planteo sobre los ríos de papel que son la comunicación entre la escuela y la familia, reflejando (además) un avance de la cultura de los abogados sobre las instituciones de enseñanza. Avance que plantea resistencias adicionales a intentos de innovación, de salir del libreto, y que refuerzan el conservadurismo sostenido por la concepción industrialista de la escuela, las élites tecnocráticas de la educación y los modelos de contenidos del siglo XIX.
Es el Empowerment, estúpido!Technorati tags:
Cada semana, mis hijos traen a casa sus "boletin de comunicaciones" de la escuela, con eveluaciones, tareas, folletos de la escuela, permisos y autorizaciones, más evaluaciones, notas del director, más tareas, más pruebas, alguna cuota de cooperadora, y más tareas. Mi esposa y yo las firmamos, generalmente a las corridas, con nuestros hijos que las ponen delante nuestro diciendo "firmá, no es nada" o algo similar cuando preguntamos que estamos firmando. Y un una semana próxima, ese papel firmado se convierte en otro paquete de tareas, evaluaciones y concursos...
(....) Y miro semejante cantidad de papel y me pregunto a veces si qué realmente representa no es tanto lo que saben mis hijos sino en qué se han convertido, en aprendices altamente dependientes, inducidos por sus profesores y por su escuela a producir una corriente constante de, de... ¿de qué? ¿Conocimiento? ¿Aprendizaje? ¿Trabajo que los mantiene ocupados?
(...) Debemos buscar que los estudiantes sean autónomos, que tomen a su cargo su propio aprendizaje en un mundo donde, para los jóvenes que tienen acceso a Internet, por lo menos, hay tanto más a aprender. Sé que ésto no es nada nuevo; debimos haber enseñado eto desde siempre. Pero el hecho es que le hemos enseñado que es el profesor quien fija la agenda, define el método, determina el resultado y controla el proceso entero.
Y como David Warlick sugiere, no sorprende que muchos docentes y adultos en general parecen esperar a alguien, a cualquier persona, para que les enseñe a ellos, en vez de tomar la iniciativa para enseñarse a sí mismos; somos todos productos del sistema.
(...) Estoy convencido que nada de lo que mis hijos están aprendiendo va a asegurar su futuro y un retiro agradable para nosotros. No están recibiendo la autorización para apoderarse de su aprendizaje, no están siendo ayudados a convertirse en:
* Aprendices que puedan manejar los 10 o los 15 cambios del trabajo que se están pronosticando para ellos para cuando cumplan 30 años
* Electores que deban encontrar, evaluar y finalmente elegir a sus propios profesores y colaboradores mientras que construyen sus propias redes de aprendizaje
* Editores que puedan analizar un contenido y evaluarlo en una variedad de niveles, no simplemente aceptarlo porque otro lo hace.
* Organizadores que puedan manejar la ola de información que viene hacia ellos desarrollando sus propias estructuras y estrategias para poder significarla.
* Librepensadores que no sean exclusivamente dependientes de la evaluación externa para tomar sus propias decisiones, y para realizar sus elecciones académicas y personales.
* Productores que entienden el poder y la importancia de compartir y conectar la información y el conocimiento; y que pueden hacerlo éticamente y con eficacia.
* Seres prudentes que entiendan donde aparecen los peligros en Internet, que puedan reconocerlos, y que puedan actuar apropiadamente para permanecer lejos del peligro
Por supuesto, todo esto requiere cierta predisposición para abandonar el control, no sólo de las cosas que sabemos, sino también de las cosas no sabemos. De hecho, pienso que lo segundo es aún más importante. (...)
Sociedad de la Información
Guillermo Lutzky
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